domingo, 15 de marzo de 2009

Pecado asiatico

El aire cambia y su fragancia recuerda organizacion, ocio, normas, comodidad, progreso, pecado...Bangkok es futurista asi como sus rascacielos, autopistas y medios de transporte. Pero tambien es ancestral: cultura, majestuosos templos y tradicion milenaria. Justo y Jonathan no tardan en adaptarse a este nuevo pais, antagonismo de ese mundo llamado India. Kao San Road es el refugio de cientos de turistas que dia a dia llegan a la capital tailandesa en busca de exoticos lugares: combates de Thai boxing, locales de masajes o estrafalarios burdeles. Precisamente, el martes cinco de marzo, la recien llegada pareja se encuentra en uno de estos lugares: un combate de Thai Boxing en el Rajadammen Stadium con capacidad para cinco mil personas.

Las entradas oscilan entre 1000 y 2000 Thai baht y logicamente los asientos mas populares se llenan rapidamente mientras en el segundo anfiteatro se apelotonan los corredores de apuestas. Mas abajo, en los pasillos que conducen al cuadrilatero, se encuentran familiares y miembros de los equipos de ambos luchadores. En los laterales, junto a los arbitros, estan los asientos de primera clase reservados practicamente en su totalidad para los extranjeros. En todo el recinto resulta dificil encontrar rostros femeninos.
El septimo combate es el plato fuerte de la noche y la pelea no defrauda. Musica de tambores enfurece el ambiente como los gritos que vienen desde las tribunas. Segundos antes de terminar el quinto y ultimo asalto, el arbitro detiene la pelea y levanta el guante de color rojo. Su oponente vestido de azul y con la cara ensangrentada no puede seguir. Hay sangre, gritos, golpes y violencia pero lo realmente sorprendente es la extrana cordialidad que existe entre los competidores. Con el decimo combate la noche termina y los aficionados abandonan en silencio las inmediaciones del estadio.

Son las nueve de la manana del dia siguiente y Justo y Jonathan corren calle abajo persiguiendo el autobus que les llevara hasta Ko Chan. Milagrosamente logran alcanzarlo.

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